Cómo descubrí el cafe

por | 6 Jul, 2021

En 2015 no disfrutaba del café

 

Allá por 2015, el café para mí era una bebida amarga e indigesta que solamente aportaba cafeína para poder evitar la siesta tras una comida copiosa. Era una lotería en la que, si tenía suerte no pasaba nada, pero si no tenía tanta suerte, la visita al baño estaba asegurada.

Sin duda, no me consideraba bebedor de café.

Pero ese año tuve un proyecto en el que debía desarrollar una bebida con café. Pero no un café cualquiera, el proyecto consistía en elaborar el café ideal listo para beber. Con esa premisa mi primer reto era conocer lo que realmente se consideraba un buen café, y, desde ese momento no he dejado de aprender y profundizar en este maravilloso mundo del café.

A continuación te cuento mi proceso para descubrir el café.

El Arábica

 

Mi primer descubrimiento fue el “arábica”. Los cafés arábicas son considerados mejores que los cafés de la variedad Robusta. Y, aunque esto es sin duda un mensaje demasiado simplista, pasar a beber solamente cafés que supiera que eran arábicas mejoró muchísimo mi experiencia de consumo.

¿Quiero decir esto que los cafés Robusta son malos y los Arábica buenos?. Pues no necesariamente. Lo que pasa es que la mayoría de cafés baratos, que recurren a tostados demasiado intensos e incluso a la mezcla con torrefacto, parten de cafés de la variedad Robusta.

El Aroma

 

Mi segundo descubrimiento fue el potencial aromático que tiene el café. Cuando se habla de cata, lo normal es pensar en catas de vino, pero cuando investigas, ves que el café es una de las bebidas (y alimentos) más complejos a nivel aromático. En un café puedes encontrar notas a frutos secos, notas florales, e incluso frutales, además de las más evidentes, como chocolate, miel o notas tostadas.

Además, también descubres que el café no debe ser amargo! Sí, lo que oyes (o lees, en este caso). Un café moderno, bien extraído tendrá una acidez equilibrada, un ligero dulzor y prácticamente nada de amargor.

La Elaboración

 

Mi tercer descubrimiento fue que había otras formas de elaborar café más allá del archiconocido espresso y la tradicional cafetera italiana. Así conocí otras cafeteras de filtro, como la Hario V60, la Chemex, o la Aeropress, entre otras.

 Y no sólo eso. El café se convirtió en un ritual. Trabajar con granos de café lo más frescos posibles, molerlos (la fragancia a café recién molido), hacer la extracción con la cantidad de agua correcta, a la temperatura óptima y el tiempo correspondiente…

A la hora de preparar un buen café, necesitas saber qué café quieres preparar y qué método de extracción vas a utilizar. En base a eso, se puede decidir la variedad de café, el origen y el método de secado, y el nivel de tostado y de molienda. Todos esos parámetros afectan al resultado de tu café… Impresionante!

Así que, como no podía ser de otra forma, cuando en 2015 tuve que profundizar en el mundo del café, éste me cautivó para siempre. Y así empecé a descubrir el café.

¿Tiene algo que ver mi experiencia con el café con el proyecto Taste Mentor? Sin lugar a dudas! Cuando descubrí todo lo que había detrás de cada taza de café tuve la necesidad imperiosa de compartirlo con todo el mundo.

Si todavía no te has enamorado del café, te recomiendo que empieces con nuestro set de cata y empieces a descubrir el café. Y si ya eres un apasionado del café, te recomiendo que veas la variedad de sets y productos que tenemos en torno al café que seguro te ayudarán a seguir aprendiendo y disfrutando de esta maravillosa bebida.

 

Y recuerda, nunca dejes de descubrir!

Armando Martínez